martes, agosto 01, 2006

Cuatro minicuentos

Rigoberto Rodríguez


Pequeño

Estaba tan acostumbrado a vivir en espacios reducidos que al momento de su partida no nos quedó la menor duda de que iba a aceptar de buena gana lo estrecho del ataúd.


Determinación

Me voy a morir para toda la vida.


Bella Durmiente

A la hermosa Carmen se le fue la vida en dormir. Se acostaba temprano y permanecía bajo las sábanas hasta bien entrada la mañana. Hacía largas siestas. Esta mala costumbre le impidió terminar con sus estudios. No le permitió tampoco conseguir un trabajo estable o decente. Un buen día, la hermosa Carmen se quedó muerta en la cama a mitad de un descanso. Un amigo de la familia, con lágrimas en los ojos y al verla en el ataúd, sólo atinó a comentar: ¡Qué linda! Quedó igualita, parece que estuviera dormida.


Mil muertes

Acostumbraba suicidarse a diario con balas de salva.

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Muy bueno estos minicuentos.

5:15 a. m.  

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